El barranco de Santos, es uno de los más emblemáticos de la isla de Tenerife.
En él se han desarrollado algunos de los pasajes históricos más notables de la conquista de la isla de Tenerife.
Antes de la conquista, las tierras que hoy ocupa esta zona formaron el reino de Anaga, siendo Añazo el nombre de lo que es actualmente la ciudad capitalina. Un nutrido grupo de guanches vivía en las cuevas del Barranco de Santos, precisamente por el sitio donde penetrara el conquistador Alonso Fernández de Lugo. En el barrio del Cabo actual, plantó el conquistador la cruz, formándose en torno suyo el núcleo originario de la capital.
Surgen pronto dos edificaciones religiosas, una ermita y la iglesia que iría derivando del altar que se levantó en el campamento. Esta iglesia situada al margen izquierdo del barranco no recibiría el nombre de La Concepción de forma oficial hasta 1638, aunque en 1636 es cuando consta por primera vez tal denominación. Inicialmente fue parroquia auxiliar de la de igual nombre en La Laguna, con unos principios muy pobres y modestos. Fue erigida en parroquia por cédula de 5 de diciembre de 1533, aunque, según los datos de su archivo, no se llevó a cabo tal jerarquía hasta el año 1539.
Los últimos años del siglo XV, marcados por los hechos de la conquista, suponen la formación paulatina de una sociedad heterogénea, integrada por soldados, marineros, mercaderes y los propios guanches que se integran en ella [Fuente: www.todotenerife.es].
La próxima vez que te asomes a ver el barranco recuerda toda la historia que encierra dentro.
Les recomiendo ver los amaneceres desde los Puentes Galcerán o Serrador, todo un espectáculo cada mañana.